Lo decimos por avisar. Para que nadie se quede fuera de juego. Porque lo normal es que las formaciones políticas que aspiran a gobernar en sus municipios se den cuenta de que las elecciones las tienen a la vuelta de la esquina cuando alguien les recuerda que deben elegir a su candidato y formar una lista. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Otra vez elecciones? ¿Pero ya han pasado los cuatro años? Y entonces es cuando alguien de los que está en primera línea recuerda aquello de… pues habrá que organizar la campaña.
Hace cuatro años La Fàbrica de Fil se encargó de organizar la comunicación de tres campañas electorales en las comarcas de La Costera, La Canal de Navarrés y La Safor. Tres formaciones, con colores diferentes, acudieron a nosotros y nos preguntaron, ¿qué podemos hacer? La pregunta se respondía a la gallega, con otra pregunta… ¿qué habéis hecho hasta ahora? Y la contestación que sucedía a ese interrogante era obvia: pues algo distinto, si queréis tener alguna posibilidad.
«En una campaña de elecciones locales lo que tiene más valor son las personas. Por encima de las siglas. Los equipos humanos. Mucho más que los partidos»
Lo primero que hacemos en La Fàbrica de Fil es escuchar. Y después, seguimos escuchando. Y, antes de hablar nosotros, preguntamos si nos queda algo o a alguien por escuchar. Es lo que llamamos la fase de entrada de materia prima en fábrica. Porque así es como trabajamos. A partir de ideas que, después, han de procesarse y convertirse en un Plan de Comunicación.
Nosotros no ponemos ni quitamos alcaldes. No alteramos la voluntad del pueblo. No cambiamos el estado de opinión política de un municipio. Pero sí podemos ayudar. A comunicar mejor. A que la campaña tenga una estrategia comunicativa que conecte mejor con los vecinos… porque ya se sabe, como dijo el señor aquel tan gracioso: «es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere ser elegido por el vecino». O algo similar. Pero, por supuesto que en una campaña de elecciones locales lo que tiene más valor son las personas. Por encima de las siglas. Los equipos humanos. Mucho más que los partidos. Las ideas propias ajustadas a la realidad de cada municipio. Por encima de la alta política y las ideologías.
Una comunicación más humana, más próxima, sencilla y ¿por qué no?, con algunas dosis de buen rollo y simpatía. Esas fueron las recetas que La Fàbrica de Fil sirvió a sus clientes en las últimas elecciones. Pero aquella experiencia nos enseñó que si se trabaja con más previsión, con más tiempo, sin la precipitación de la cercanía de las urnas, el resultado siempre puede ser mejor. Lo único que se necesita, en un principio, es tener una voluntad clara de crear un Plan de Comunicación con vistas a las elecciones de dentro de dos años. El tiempo pasa a velocidad supersónica. Mejor, empezar a prepararse ya. Por cierto, ganaron dos de tres. Gobiernan dos de tres. No está mal el porcentaje.